Día a día.
El transcurso de los ciclos es una ruta tediosa, cada vez se hace más cuesta arriba, el cansancio llega antes y tarda más en marcharse, las náuseas, el malestar general y la debilidad que te provoca la quimioterapia va supliendo los efectos negativos que me ocasionaba la propia enfermedad. Quizá siga ahí, latente, agazapada esperando que llegues al final del tratamiento para darte una nueva bofetada, pero cuando tienes la suerte de responder a la quimio y vas acumulando ciclos, son esos mismos, los que te hacen daño tanto físico como emocional. El paso de los meses viviendo una experiencia traumática deja cicatrices por dentro y por fuera, las mías siguen abiertas y hay veces que siento que me desgarro por dentro, se me acaban las ideas, las estrategias y los motivos que me ayudan a mantener algo de ilusión y ganas para un futuro siempre incierto pero que cuando estás sumergido en esta pesadilla se presenta como un horizonte oscurecido por una profunda borrasca, enso...